Carta de una chica bulímica

Cartas a la bulimia...

Así quiero que se titule el libro que un día escribiré con mi historia, con la historia de todas vosotras... Tengo 23 años y soy bulímica, no sé si la mayor bulímica de este mundo, pero 8 años de enfermedad dan para mucho, cuántas batallas... Escribo hoy, aquí, por primera vez, porque siento rabia, tristeza, miedo, angustia, soledad y echo de menos a mi madre (sí, quién lo diría), necesito recuperar el control que a su lado no se me escapa. Ella es para mí hoy mi fuerza, mi seguridad, mi bienestar, mi salud, mis ganas, mi alegría, mis ilusiones, mis proyectos... Esta semana estoy de vacaciones y no puedo dejar de pensar que la estoy mintiendo, que he vuelto a caer y no sabe nada, que cuando regrese mañana y me mire a la cara verá mis parótidas hinchadas y la mayor tristeza que puedan reflejar unos ojos...

Yo soy fuerte, todas lo somos... Y he pasado por muchas etapas: la de la negación, la del odio, la de los extremos y los cambios de humor, la del rechazo, la del aislamiento, la de la vergüenza, la de la víctima, la del verdugo... Nadie nos hace daño, somos nosotras las únicas responsables de nuestro sufrir. Y soy yo la única que puede cambiarlo. Digo esto porque lo he vivido, porque afortunadamente estoy luchando y he sentido el placer de comer lo prohibido (en su justa cantidad) y dejarlo adentro, conmigo... Y me creído la más fuerte del mundo y he sonreido a carcajadas, feliz... No imaginais lo bonita que es la vida, las ganas que una siente de vivirla cuando todo está bien... Pero ahora, ¿qué pasa con esta cara que tengo esta noche? Me miro al espejo, estoy abutacada, hinchada (porque esta enfermedad deja secuelas, señores, y muchas) y tengo miedo, un miedo aterrador, que me paraliza, que me hace llorar, que me hace creer la más débil... Hoy tengo necesidad de que me abracen y se queden conmigo. Podría contaros tantas cosas, tantas... Pero esta noche estoy triste y acabo de vomitar dos veces..... Y sin embargo sé que mañana es otro día y quiero comenzar de nuevo. No es una promesa, son mis ganas de vivir aunque hoy me sienta una muerta que sigue en pie...

Y una cosa más, he odiado a mi madre más que a mí (que ya es decir), por no saber lo que me pasaba a tiempo, por no proporcionarme la ayuda que necesitaba de la mejor forma, por mil cosas que me duelen... Pero también es cierto que siempre estuvo ahí para que pudiera proyectar en ella todo mi dolor y evitar que fuera contra mí... Lla he visto llorar a solas y conmigo... Es mi madre, me trajo al mundo y me ama, lo sé, esta noche sí lo sé... Y me quedo con esto porque es lo único que me sirve para seguir adelante. Quiero dejar mi mail porque me gustaría compartir experiencias, momentos dignos de mención (para bien o para mal): divahana@hotmail.com

Mil y un besos a todas.